Catedral de San Miguel

La Catedral de San Miguel (o Sint-Michel) es el principal edificio religioso de Carcassonne, pues pasó a ostentar el título de catedral a principios del siglo XIX, arrebatándoselo a la Basílica de Saint-Nazaire.

Esta catedral, de estilo gótico, se encuentra en la Bastida, en la ciudad baja de Carcasonne, y fue levantada por orden de Luis IX a mediados del XIII, aunque en siglos posteriores ha ido experimentando numerosas modificaciones, especialmente cuando fue declarada catedral de Carcassonne en 1803. Como en tantos otros bienes culturales de Carcassonne, de nuevo volvemos a encontrar aquí la impronta del arquitecto Violet le Duc, que se encargó de adaptar las instalaciones de Saint-Michel a sus nuevas funciones administrativas.

Detalle de la Catedral de San Miguel.
Detalle de la Catedral de San Miguel.
Fotografía: Duncan (Flickr CC)

Su exterior es bastante sobrio, sobre todo si lo comparamos con otras catedrales europeas del Gótico; es curioso que siendo una catedral esté fortificada y se cavasen fosos a su alrededor. Además, tiene un torre de vigilancia cilíndrica con ventanales góticos. Este fuerte carácter militar se originó en plena Edad Media, cuando las tropas del conocido como Príncipe Negro incendiaron la Bastida y la catedral sufrió importantes desperfectos.

Vidriera en la Catedral de San Miguel.
Vidriera en la Catedral de San Miguel.
Fotografía: Wolfgang Jung (Flickr CC)

Se conoce como Príncipe Negro al Príncipe de Gales, hijo del rey Eduardo III, que participó en la Guerra de los Cien Años que enfrentó a Francia contra Inglaterra por el dominio de los territorios feudales. Cuenta la leyenda que en el campo de batalla siempre llevaba una armadura negra.

Además, en su fachada destaca un gran rosetón, muy típico de las iglesias góticas de la zona del Languedoc. En su interior, no os vayáis sin ver el altar mayor, con sus dos ángeles y un tetramorfos en mármol policromado.