La Iglesia de San Vicente de Carcasonne es sin duda una sus joyas arquitectónicas: de estilo gótico languedociano, el elemento que más nos llamará la atención en ella es su gran campanario octogonal, donde se encuentra el carrillón de 47 campanas que podemos ver y oír desde cualquier punto de Carcassonne.

Fotografía: Luciano Guelfi (Flickr CC)
Una curiosidad: esta iglesia sirvió de referencia como punto geodésico a los astrónomos Delambre y Maichain, a los que Francia encargó averiguar la longitud del meridiano terrestre. No obstante, en estudios posteriores se reveló que falsificaron pruebas para que medida pareciera creíble y de proporciones «perfectas», pues Francia se hallaba en plena Ilustración.
La Iglesia de San Vicente se construyó en el siglo XIV pero, como tantos otros monumentos de Carcassonne, tuvo que ser restaurada en siglos posteriores, sobre todo tras haber sido utilizada como fábrica de armas durante la Revolución Francesa.

Fotografía: Luciano Guelfi (Flickr CC)
En su interior destaca su planta basilical con varias capillas laterales abovedadas, donde podremos ver un gran patrimonio cultural en forma de reliquias, vidrieras (estas son más recientes, del siglo XIX) o esculturas.
Además, la Iglesia de San Vicente posee varias pinturas de interés, de Jacques Gamelin, natural de Carcassonne y pintor del Papa Clemente XIV, Pierre Hubert Subleyras, uno de los mayores representantes del tardío Barroco y del Neoclasicismo, y Pierre Mignard, uno de los mejores pintores clásicos franceses.